Una chica maditerranea como yo, acaba dandose cuenta de que es extranjera en
tierra extraña cuando llegado el mes de Julio se mira el antebrazo y
comprueba, con tristeza, que mantiene el mismo color cetrino que en Diciembre. A lo largo de la primavera no ha habido lugar, ni espacio,
ni tiempo en que haya podido adquirir un bello cobrizo tono de piel.
Y es
entonces cuando el azul de la venas se manifiesta con rotundidad y te
crees mas vieja de lo que en verdad eres.
Molino en los Broads, Julio 2013